Fuiste rayo de
luna como Dama blanca, una ilusión que duro una noche, en medio del infinito.
Hiciste que comprendiera
que la vida es un remolino donde convive el bien y el mal en armonía.
Pusiste nombre a
cada uno de nuestros días, sin pensar en el mañana.
Fuimos una
historia que duro un instante.
Mientras la noche
se acababa, mientras el sueño permanecía.
Eres un rayo de
luna que camina errante, que desafía las tormentas del espíritu.
De aquellos seres
a los que te entregas dando ilusiones pálidas.
Eres un rayo de
luna, una locura insensata.
Una pasión desbordada
que funde el cielo y la tierra.
Que deja solo las
ansias de tu llegada.